jueves, 30 de agosto de 2012

Calendarios

CALENDARIOS


Los calendarios son sistemas de medición del tiempo que se fundan en el movimiento de la Tierra alrededor del sol y/o de la luna en torno a la Tierra.
Se considera al calendario como una de las primeras herramientas de la astronomía porque, desde la antigüedad, los hombres han sentido la necesidad de ordenar sus actividades cotidianas, y de situar los acontecimientos en el pasado o en el futuro. 
La observación de la naturaleza ha revelado tres fenómenos astronómicos que sirven para medir el tiempo: la alternancia de los días y las noches, la sucesión de las fases de la luna y el ciclo de las estaciones. Así, se establecieron tres unidades naturales de tiempo:

EL DÍA, asociado con la rotación de la Tierra sobre sí misma.

EL MES, asociado con el movimiento de la luna en torno a la Tierra.

EL AÑO, asociado con el movimiento de la Tierra alrededor del sol.



CALENDARIO JULIANO



*Fue creado por Julio César en el año 46 a.C
*Prescindió por completo de la luna, y adoptó para la duración verdadera del año solar la de 365,25 días.
*Contaba con 12 meses de 30 y 31 días, excepto febrero, de 29 días.
*Julio César ordenó que cada 4 años habría uno de 366 días, agregándose el día adicional entre el 23 y el 24 de febrero (se lo llamó bisiesto). También trasladó el principio del año al día 1º de enero.


CALENDARIO GREGORIANO



El calendario solar fue reformado en 1582 por el Papa Gregorio XIII.
Está compuesto normalmente por años de 365 días, repartidos en 12 meses (de 30 o 31 días cada uno, excepto febrero, de 28).
Como la Tierra efectúa su revolución en torno al sol en 365 días y algunas horas más, es necesario agregar, cada 4 años, un día al mes de febrero.
Los años que terminan en 00 sólo son bisiestos si el resultado de su división por 400 es un número entero.



CALENDARIOS ANTIGUOS




Mayas y Aztecas: Los calendarios solares



Se basan en el tiempo en que tarda la Tierra para efectuar su revolución en torno al Sol. Antes de la llegada de Cristóbal Colón a América, los Mayas y los Aztecas ya utilizaban un calendario solar de gran precisión.


Egipcios: Los calendarios lunares



Los antiguos egipcios utilizaban un calendario lunar asociado a las crecidas del Río Nilo, el año se dividió, por ese motivo, en tres estaciones: akhet (inundación), peret (invierno) y shemou (sequía estival)


Calendario Babilónico



Al principio, el año babilónico estaba constituido por 12 meses de 30 días, es decir, tenía entre 5 y 4 días menos. Al paso de algunos años, en el mes de arar, por ejemplo, no se daba tal faena; tiempo después se acortaron algunos meses para distribuirlos con más exactitud en el calendario a partir de la aparición de la luna nueva. Esta distribución causó un desajuste más al calendario y a las estaciones. Los babilónicos resolvieron esta dificultad agregando un nuevo mes de acuerdo a un ciclo determinado.


CALENDARIOS DE OTRAS CULTURAS



Calendario de la cultura musulmana


Es de tipo lunar. Cada año se desfasaba de 10 a 12 días con respecto al calendario gregoriano.
Mientras que en nuestro calendario (gregoriano) los años se cuentan a partir del nacimiento de Cristo, en el calendario musulmán los años se cuentan a partir de la huida del poeta Mahoma De Medina, ocurrida el 16 de julio del año 622 d.C.


Calendario Judío


Es un calendario luni-solar. 12 meses lunares suman tan sólo 354 días, por lo que en ocasiones, es necesario agregar un mes para ajustar el desfase.
En este calendario, los años se contabilizan desde la fecha que consideran como la de la creación del mundo: 3761 a.C


Calendario chino


Su origen se asocia con el Emperador Amarillo (Huang Di), alrededor del año 2637 a.C, cuando introdujo 5 ciclos de doce años regidos por animales distintivos: RATA, TORO, TIGRE, LIEBRE, DRAGÓN, SERPIENTE, CABALLO, OVEJA, MONO, GALLO, PERRO Y CERDO.
El calendario chino es lunisolar. El año chino ordinario consta de 12 lunaciones (doce meses lunares) lo que supone entre 353 y 355 días. Cada cierto tiempo (más o menos, cada tres años) se intercala un año embolismal (un año con 13 meses lunares) de entre 383 y 385 días.
Los chinos medían el año por el retorno del solsticio de invierno, y para ello se valían del gnomon, con el que calibraban la longitud de las sombras a mediodía. Se considera un ciclo de 60 años, divididos en otro menor de 12 años. Para ajustar el ciclo lunar de 354 días al ciclo solar de 365, se debe intercalar un mes cada 2 o 3 años.


El período Juliano


Elaboración del calendario Juliano

Sosígenes de Alejandría tenía conocimiento de la fallida reforma de Cánope al calendario egipcio, sucedida dos siglos atrás, y colaboró con Julio César para adoptar esa vieja reforma al calendario romano e implantarla como un nuevo calendario. Esta adaptación fechaba las estaciones y sus fiestas romanas correspondientes concordando con el momento astronómico en el que sucedían.
El nuevo calendario se implantó en el año 46 a. C. con el nombre de Julius y mucho después de juliano, en honor a Julio César. Únicamente en ese año, se contaron 445 días, en vez de los 365 normales, para corregir los desfases del calendario anterior, y se le llamó el último año de la confusión. Para ello, se agregaron dos meses, entre noviembre y diciembre, uno de 33 días y otro de 34, además del mes intercalado en febrero.
Desde 44 a. C. se acordó que todos los años constaran de 365 días, y cada cuatro años se contarían 366 y se llamaran años bisiestos, porque se fechaban dos días consecutivos como 24 de febrero (último día del calendario romano en ese momento). En aquella época ese 24 de febrero se llamaba ante diem sextum kalendas martias y cuando era año bisiesto, el día adicional (366), se le llamaba ante diem bis-sextum kalendas martias, de allí el nombre de bisiesto. Ese mismo año tuvo 445 días para compensar el desfase.
Pero en el año 44 a. C. los pontífices paganos decidieron considerar años bisiestos cada tres años ordinarios, en vez de cada cuatro. Tiempo después, se dieron cuenta del desfase provocado hasta el año 10 a. C., y se corrigió en el 8 d. C., por orden de César Augusto, quién ordenó excluir el día adicional de cada año bisiesto, durante 36 años, es decir, hasta el año 44 d. C.
Por lo anterior, el calendario juliano consideraba que el año trópico estaba constituido por 365,25 días, mientras que la cifra correcta es de 365,242189, es decir, 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,16 segundos. Esos más de 11 minutos contados adicionalmente a cada año habían supuesto en los 1257 años que mediaban entre 325 y 1582, un error acumulado de aproximadamente 10 días, por lo cual se instauró el calendario gregoriano.

Desarrollo del calendario Juliano

El año 153 a. C. se toma como inicio del año el 1 de enero, en lugar del tradicional 1 de marzo, para poder planear las campañas del año con tiempo debido a las Guerras Celtibéricas que se estaban desarrollando en la Península Ibérica y los problemas que estaba causando la conquista y asedio de Numancia. Consta de 365 días divididos en 12 meses, excepto los años bisiestos que tienen 366 días, y añaden un día adicional al mes de febrero. El calendario juliano cuenta como bisiestos uno de cada cuatro años, incluso los seculares. Con este calendario se comete un error de 3 días cada 400 años.La manera de contar los días siguió la tradición romana hasta que los visigodos introdujeron la costumbre de numerar los días, que no sería oficial hasta que la adoptó Carlomagno. No obstante, hasta bien entrada la Edad Moderna, la manera de referirse a un día concreto era aludiendo al santo que se conmemoraba. Así, por ejemplo, era muy común encontrar expresiones como "llegamos el día de san Froilán".

Para conocer algunas curiosidades y tener a tu alcance una herramienta didáctica que resume la información más importante de esta entrada, mirá el siguiente vídeo:

También podés leer este artículo, llamado "Por qué utilizamos calendario". Hacé click en el link:


*A continuación, el comentario de la autora del blog:

Los calendarios, sigan teniendo vigencia o no, no son sólo instrumentos de medición del paso del tiempo; son pruebas irrevocables e importantes testimonios y legados de otras culturas, civilizaciones y eras. Nos demuestran los grandes avances que han logrado nuestros ancestros, cuyos frutos se ven hoy al alcance de nuestras manos, en nuestra vida diaria. Como se ve en el vídeo, los calendarios también pueden ir acompañados de las fases lunares, nombres de santos, signos del zodiaco y hasta diseños particulares, y algunos días, como los martes 13, se consideran de mala suerte por puras supersticiones. Esto nos da la clara pauta de la relevancia de estos instrumentos, que toda la vida se encuentran especialmente ligados a nosotros. Con las horas, los días, los meses y los años, creamos mitos, festejamos, recordamos, contamos, nos organizamos. Por eso, a la hora de hablar de calendarios, debemos saber que aunque a simple vista no parezca, son elementos que hacen de nuestra vida una tarea más fácil.

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